PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

viernes, 26 de septiembre de 2025

El baile de Quat'z'Arts


Publicado por programa educativo 

Celebrado por última vez en 1966, el Bal des Quat'z'Arts reunía a estudiantes de arquitectura, pintura, escultura y grabado. Era una gran celebración carnavalesca, cuidadosamente preparada cada primavera desde 1892 por estudiantes de la École des Beaux-Arts de París.
Era un auténtico carnaval en las calles de París, donde cientos de estudiantes desfilaban disfrazados, y que terminaba en una gran fiesta que a veces podía dar pie a algunos excesos.
Los participantes, a quienes se les exigía ir disfrazados, lo eran cada vez menos a medida que avanzaba la velada, que a menudo se volvía más bien trivial. En 1893, en el Moulin Rouge, donde se celebraba la fiesta, se dice que Mona, modelo artística, improvisó un striptease lento con música, inaugurando con éxito el primer striptease público. Tras este suceso, se formó una "Sociedad de Protesta contra las Licencias de Circulación" para denunciar esta "grave e inadmisible desvergüenza...".
A los estudiantes de Bellas Artes se les unían a menudo sus vecinos de la Facultad de Medicina, todos tan eufóricos como sus amigos artistas, quienes a su vez los invitaban a su propia fiesta, el Baile Internacional, que rivalizaba con el Baile de las Quat'z'Arts en atmósfera e imaginación.
A mediados del siglo XX, la policía prohibió el Baile de las Quat'z'Arts debido a alteraciones del orden público.
El Baile de las Quat'z'Arts dio origen a la expresión: "Te traeré naranjas".

La historia comienza gracias al senador Béranger, quien, a finales del siglo XIX, fue apodado "Padre Pudor", rey de la censura, obsesionado con la moral de sus conciudadanos y, especialmente, feroz opositor a la emancipación de la mujer y su derecho al placer.
Esto se remonta a 1892, cuando, tras la denuncia de este senador moralista, cuatro jóvenes, entre ellas Marie-Florentine Roger, conocida como Sarah Brown, fueron juzgadas por haber aparecido casi desnudas en la calle durante el desfile del baile de los Quat'zarts (estudiantes de la École des Beaux-Arts de París, que no deben confundirse con los 'Gadzarts', ingenieros de las Artes y Oficios).
El caso causó gran revuelo en su momento y, mientras esperaba el veredicto, el poeta Raoul Ponchon 
compuso estos dos versos:
"¡Oh, Sarah Brown! Si te encarcelan, pobre ángel,
el domingo te traeré naranjas".

Marc-Verat@wanadoo.fr



lunes, 22 de septiembre de 2025

REALISMO Revisado

 

18/08/2,007

                            

Me pregunto:  Soy realista por naturaleza o las circunstancias de mi vida me han llevado a adoptar esa actitud ??


 El realismo en mi opinión, puede ser la postura más equilibrada y justa del ser humano, sin embargo, cabe plantearse, si este enfoque excesivamente racional no nos priva a veces de momentos, que, aunque no sean exactamente mágicos, sí pueden resultar emocionantes.

Excluyo deliberadamente los momentos mágicos, porque tiendo a pensar que esos están reservados para unos pocos afortunados, o ¡a saber! 

 Al analizar la frecuencia con la que estos instantes extraordinarios aparecen en mi vida, y basándome en mi propia experiencia, podría decir que se pueden contar con los dedos de una mano.

¡Lo cierto! . Que según mi propia percepción, esos momentos especiales suelen estar estrechamente ligados al deseo de poseer a una mujer o pareja para formar una familia, expresado de forma más romántica, a enamorarte perdidamente de una chica, especialmente en la adolescencia.

 Aclarando que me estoy refiriendo a momentos mágicos, ¡o sea! . Sentirse seducido por un rostro, al que con discreción miras, deseando que lo que sientes no acabe nunca.

 Está claro que estas situaciones a las que me refiero son fugaces.

 Lo mágico está relacionado con los sueños a través de frágiles hilos; ¡Ocurre! . O al menos en mi caso, que a veces al despertar quedan imágenes sobre sueños, que sabiendo que son irreales, te hacen sentir tan confortado, que volverías para quedarte en ellos.   

  Hay momentos en mi vida, relacionados con la adolescencia y juventud, que de alguna manera han quedado incrustados en mi cerebro, sin saber a ciencia cierta si fueron exactamente como me han trascendido, o mis neuronas lo han guardado por su cuenta  

  Un simple cruce de miradas con una chica que te gusta, es como

 una descarga eléctrica, que te hace temblar de autoestima.

sábado, 20 de septiembre de 2025

Mi filosofía barata / "El confuso" Revisado


El valor distorsionado de la riqueza y el éxito

En las sociedades actuales, la búsqueda de la riqueza y el éxito ha alcanzado proporciones preocupantes.

 Se ha instaurado la creencia de que acumular bienes materiales es el único camino hacia la felicidad, desplazando necesidades más profundas y esenciales, y alejando a las personas de un sentido más auténtico de la existencia.


Esta obsesión colectiva por poseer y acumular ha dado lugar a una carrera desenfrenada, en la que las verdaderas fuentes de bienestar quedan relegadas a un segundo plano frente al peso de una búsqueda constante, que rara vez resulta satisfactoria.



miércoles, 17 de septiembre de 2025

AYUDANDO EN RIEGO NOCTURNO / Revisado

 Recuerdo ir con mi padre durante las noches de los domingos con sendos faroles,recorriendo boquera tras boquera, desde casa Baltasar o parcela de Patrocinio (aguas arriba )  revisando partidores aún recuerdo algunos nombres, como, de D. .Julián, casa la parra, el puente la placeta, la media, el molino Marcelin, la cerca, olmos de Pepe Rico...  et.



Algo muy entrañable que recuerdo, era la visita obligada al guarda  a cuya referencia horaria habían de ajustarse todos los relojes de los regantes,(Pedir hora al guarda).
Se encontraba en un pequeño habitáculo, al final del callejón ,entre las escuelas (Hoy, centro de día), y la  casa del molinero,  (Donde viví recién casado) ¡ Por cierto!, el callejón aun existe.



  El guarda era mi tío Carrasco, y en el interior de aquel minúsculo lugar, una chimenea enfrente de la entrada con un fuego mortecino, a él se le podía ver a la derecha tras la puerta, sobre un camastro.
 En invierno dormitaba arropado con gruesas mantas  y una pelliza por encima.
La puerta solía estar sin cerrar, los regantes al entrar durante las noches o madrugadas subían un poco la luz del  el farol y se removía para extraer  uno de aquellos relojes de época, cogido con cadena y 
 abrochada al ojal del chaleco.


También me ha trascendido lo oscuro y lúgubre del lugar.
  ¡Quizá!, porque la hora de pasar siempre era la una de la madrugada,  ( Tandas que arrancaban, a la una y treinta en la fuente)

Un momento que recuerdo con bastante nitidez era, cuando bajo el puente de la placeta, me tocaba, escuchar la última música del baile de la Rubia.
 Y por la  carretera  las parejas con la abuela de turno o "carabina", regresando a sus respectivas barriadas.

jueves, 11 de septiembre de 2025

RECUERDOS DEL CONFUSO / revisado

 

Actualmente, apenas mantengo contacto con los habitantes de Isso:


 Con el paso del tiempo, las nuevas generaciones han crecido y muchos rostros me son desconocidos. 

Con  frecuencia recorro sus barrios: 

 La denominada Placeta ha experimentado un crecimiento más sostenido, mientras que el resto de barriadas permanecen prácticamente  inalterados, acaso, algunas reformas sobre lo ya construido, en especial tejados y fachadas.


    Esta formación tan peculiar de mi pueblo, lo convierte para nostálgicos como yo, que lo hemos vivido estor 3/4 de siglo últimos,  es como una una especie de puzle, cuyo entretenimiento es tirar de los hilos del pasado, recreando con más o menos objetividad, aquello que aún duerme en mi cerebro.

 El número de  barriadas, aún hoy superan la treintena y en la mayoría de los casos separadas por apenas unos cientos de metros.

Añadir unos cuantos cortijos, cuyos dueños o señoritos gestionaban las fincas, con muleros y sirvientes.  

 Los senderos de trazado estrecho y sinuoso, atravesaban áreas de olivos centenarios,  bancales de cereal, y diversa variedad de arbolado que serpenteaba a lo largo y ancho del pueblo abastecido de humedad por los cauces abiertos del regadío, cuyo origen estaba en la fuente.



lunes, 8 de septiembre de 2025

Día 24/08/2.008.

 

Son las 22 horas.

 Las vacaciones han terminado y una vez más registro mi estado de ánimo, y como en años anteriores experimento una sensación similar a la que deben sentir los niños, al asistir por
vez primera a la 
guardería.

En primer lugar, deseo manifestar que las vacaciones se perciben cada vez más como una situación difícil de analizar, desde mi perspectiva personal, hasta el punto, de cuestionar mi capacidad para comprender objetivamente mi propia realidad.


Con el tiempo, van ocurriendo hechos, que, aunque no sean especialmente significativos, los percibo de manera negativa, debido a mi estado de ánimo.

 Esto me genera cierto pesimismo que afecta moderadamente en mi día a día si bien procuro disimular.

 Estas razones pueden estar relacionadas tanto el ámbito laboral, como con otros aspectos de mi entorno.

Sin embargo, existe una variable relevante en esta situación, “La edad”.

 Tener 57 años me genera cierta confusión respecto a mi utilidad.

Las grandes empresas ya no les importa tanto la experiencia de sus trabajadores.

Esto ocurre, porque jóvenes bien preparados, están llegando al mercado laboral cuyos salarios de partida son irrisorios comparados con aquellos que ya llevamos varias décadas acumulando antigüedad y otros incentivos

 Esta percepción, sumada a lo anteriormente expuesto, genera en mí una sensación inédita de cuestionamiento sobre mi competitividad.



miércoles, 3 de septiembre de 2025

ISSO / Laberinto infinito

 

Memoria y nostalgia de Isso

Los recuerdos asoman como pinceladas dispersas, flotando en el abismo de incoherencias que deja el paso del tiempo. Las nostalgias irrumpen con intensidad, como si empujaran desde el interior de un arca que se resiste a permanecer cerrada.

Infancia y juventud en Isso

Mis primeros veinte años en este mi  pueblo y  recorridos desde la niñez, hasta la adultez, evocan tantas imágenes como confusiones. Los paisajes, las casas y los parajes, recorridos infinidad de veces, se entremezclan con emociones y fragmentos de experiencias.

La fragilidad de los recuerdos

Los hilos que me conectan con ese pasado son frágiles, apenas duran unos segundos antes de diluirse en una nebulosa impenetrable. Sin embargo, en esos brevísimos instantes, la memoria logra reconstruir entornos y sensaciones que, aunque algo distorsionados y mezclados con sueños, siguen formando parte esencial de mi identidad.

 Seis décadas después, complicado ser objetivo:

El tiempo en Isso y la memoria reconstruida

 Intentar conectar el pasado con el presente se convierte en un esfuerzo complejo, pues la memoria actúa como una máquina incesante que entrelaza confusos recuerdos, con mosaicos definidos y concretos.

Esta mezcla, a menudo caprichosa, genera entornos donde la vegetación y la vida parecen fundirse en perfecta armonía, evocando imágenes idílicas que florecen en el espacio donde realidad y nostalgia se encuentran.

 Isso, laberinto infinito:

Entre los pliegues de la memoria, surge el recuerdo de un Isso sembrado de barrios y viviendas dispersas, extendiéndose en todas direcciones, cada cual con su propio nombre y personalidad. 

Había barrios y casas que parecían brotar de la tierra misma, formando una geografía casi interminable de lugares familiares y entrañables. Nombres como “Casa del Olivar”, “Los Trigueros”, “Baltasar”, “Paco Oreja”, “Buenos Deseos”, “Puente Perdigón”, “Pinos de Julio”, “La Palmera”, “Casa Grande”, “Corral de Espinosa”, “Casa del Rano”, “De Gachero”, “Peña Bermeja”, “Molino Falcón”, “El Romeral”, “Casa Pegote”, entre otros, componían un auténtico mosaico rural. 

Cada topónimo evocaba historias, relaciones y vínculos invisibles que tejían la vida cotidiana del pueblo, en un laberinto de lugares, donde la memoria y la identidad se funden y se reconocen.

Árboles emblemáticos: 

Entre todos destacaba el plátano monumental de la almazara Gachero; era el edificio natural más alto de Isso, hasta que la intervención humana dictó su desaparición.

 Su gran altura y anchura,ofrecía bajo sus espesas ramas, una sombra impenetrable,aprovechada por jornaleros en las duras jornadas de siega y trilla, era el lugar perfecto para dar buena cuenta de las viandas de merendera, y la bien merecida siesta.

El lavadero, la almazara y las casas familiares



A la sombra del imponente tronco del chopo, se extendía un pequeño universo rural compuesto por un lavadero, cuatro casas y la almazara propiedad del señorito Gines. Este era un lugar frecuentado en mi infancia, donde la presencia constante de mis tíos Juan Gachero y Angélica daba vida y calor al entorno. Estas edificaciones, junto al árbol monumental, trazaban un paisaje íntimo, cotidiano, que permanece grabado en la memoria con la fuerza de lo irrepetible.

Caminos y elementos del paisaje cotidiano

En ese mosaico rural, la memoria también rescata la imagen de senderos estrechos que serpenteaban entre huertas y barrios, formando una red de recorridos tortuosos.

 Acequias, guilandas y cañadas surcaban el terreno, acompañadas de lavaderos y pozas que servían de punto de encuentro y trabajo. Molinos, calderones, aljibes, ollas y eras de trilla completaba ese entramado, componiendo una geografía en la que cada elemento tenía su lugar y su significado, y donde el paso del tiempo parecía detenerse entre la rutina y el asombro cotidiano.

Memoria olfativa y nostalgia rural

Los aromas de las estaciones

Cómo no recordar el olor a matanza en navidad, el de almazara en enero, el del azafrán a finales de octubre y, en verano, las hortalizas y los rastrojos de cereal recién segado después de la tormenta, el campo desprendía fragancias especiales, difíciles de describir para mí, pero profundamente ligadas al ciclo de la vida rural.

La persistencia de los recuerdos

En cualquier caso, no deja de ser un arrebato de nostalgia, que mi cerebro diseña para hacerme creer que las cosas solo desaparecen cuando quedan totalmente olvidadas.