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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

jueves, 23 de febrero de 2023

ISSO AÑOS-60....EL ESPARTO (Fotos bajadas de la red)



 Nací en el Barrio Caravaca de Isso, soy el sexto de de una familia humilde, cuyo sustento se apoyaba en el cultivo de  unas pequeñas parcelas arrendadas, sumado a los jornales de mis hermanos mayores en limpieza de montes, hoyos para  almendros,  siega de cereal,  replante de arroz,  labrescas, almazaras y hortalizas, (También eran frecuente los jornales de intercambio).

  En cuanto a la construcción, algo de albañilería, y la extracción en cantera de  diversos materiales  derivados de la  piedra, también era frecuente la extracción de  arena en ramblas. por medio de pico y pala, 

 En mi caso,  mi primer recuerdo y  muy distorsionado es el de acompañar a la Josefa de Juárez desde el barrio hasta tavizna, a llevar almuerzos o comidas a su familia.  ( yo tendría  5 o 6 años ) 

     También recuerdo, lo que en los barrios se vivía como un acontecimiento, la marcha y el regreso de los esparteros.

( Actividad esencial para la economía de la comarca de Hellin, durante varias décadas)

  En casos como este, lamento no ser un buen transmisor de lo poco que queda en mi cerebro de aquel tiempo.

En las barriadas de Isso, los lunes a primera hora se iniciaba sacando el burro a la calle, y equipándolo con el aparejo, era la herramienta principal, al ser el encargado de transportar el hato hasta los tajos, después quedaban en el monte esperando, para transportar las gavillas de esparto hasta las tendías.
  Recuerdo a los esparteros antes de salir de los barrios, hacer la compra de las viandas en las tienda del barrio que como es natural cómo dependían de el tiempo que estarían en el monte, y que por lo general solía ser de semana, algunos  tenían que  utilizar mas de un animal, pues podían ser varios miembros de la familia, quienes emprendieran la marcha. ( El Cosme, Pizlan, José Perol, El Dorado, et.et.)
Cuando abandonaban mi barrio, solía ser por la esquina de tartaja, dirección a graos, era una especie de romería, y me queda la idea de que partían con buen ánimo.
 
En el caso de mi familia, fue una actividad a la que apenas nos dedicamos, sin embargo, en la limpieza de montes estuvimos más presentes, recuerdo con algo de nitidez, a mi  madre preparar las meriendas de mis hermanos, durante las trasnochadas de Invierno, por cierto, casi en su totalidad, eran productos propios elaborados en casa.

 Uno de los  de los que llega a mi memoria era, el de los higos de nuestras higueras.
Recuerdo en los meses de verano, salir de casa a primera hora, para ir a cogerlos, con un cesto de pleita, al que se le ataba un gancho en el asa para así poder colgarlo en cualquier rama  y donde con cuidado se iban depositando los que maduraban cada día, era importante cogerlos con el pezón, para que no quedase deteriorado por la punta que lo une a la rama,  al regreso a casa, había que ponerlos a secar sobre zarzos de caña, y que previamente se sujetaban en los tejados mas bajos, ( Porchados, gallineros, corrales cubiertos et.)
Cuando estaban secos se guardaban en vasijas o envueltos en jarapas, para que se mantuviesen secos unos meses.
  Era uno de los recursos alimenticios de la familia en invierno, recuerdo las meriendas de mis hermanos mayores cuando trabajaban en limpieza de montes, mi madre los hacia fritos con aceite de oliva y rebozado en huevo, después de partirlos en dos mitades.
   Los postres también eran productos de las tierras arrendadas, y conservados durante buena parte del año melón, granada, nueces, moje de tomate et.
El pan lo hacia mi madre en horno propio, y se conservaba en la artesa, tapado con paños adecuados, para que se mantuviese blando dos o tres semanas, y por supuesto, con harina de trigo propio.
También recuerdo a mis hermanos regresar con la jornada cumplida, montados en las bicicletas, digo lo de al regresar, porque por la mañana cuando se marchaban, yo estaba dormido, pues lo hacían muy a primera hora, por cierto con un frio que pelaba.

   Bueno me he desviado del  relato sobre la partida de los esparteros, que como ya decía, se producía cada lunes y que me recuerda a aquellas películas  del Oeste, en donde los indios huían hacia las montañas en fila. 

  En la comarca de Hellin, el esparto fue en aquellos tiempos  básico para su desarrollo.
 En el caso de Isso, la agricultura había de limitarse al manantial de la fuente, unos 70 u 80 litros por segundo.

En la posguerra el hambre la pudo eludir mejor el que cultivaba tierras, bien propias o arrendadas.
Después en los años 60, el auge del precio del esparto propicio unos años, donde el espartero era envidiado, por aquellos que vivíamos de la agricultura.
En apenas un par de décadas las tornas habían cambiado.

El esparto se cogía a destajo, siendo una actividad bastante sebera, sin embargo fue un recurso, que durante varias décadas, eligieron muchas familias, y que les supuso mejoras importantes en su calidad de vida, aliviando las penurias sufridas, desde el final de la guerra.
  Cuando los esparteros volvían el fin de semana, llegaban con dinero abundante en los bolsillos, y la nueva situación quedaba de  manifestó especialmente los sábado y domingos por la tarde, celebrándolo con sus familias en los bares de Custodio en Bolos, el Brocha y José el Mayoral en la placeta et.
Recuerdo las mesas copadas de cervezas  Mahou, (también llamadas "mazas"), y entre los aperitivos, uno muy popular, calamares rellenos en conserva de forma redonda, aun, a día de hoy se continúan elaborando.

  Si no recuerdo mal, los montes los gestionaban los ayuntamientos, que se fraccionaban en parcelas debidamente amojonadas, y cada año era licitado el esparto. 






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