SEÑORÍO DE VILLENA |
Es posible que Hellín también fuera cedido por el rey a su hermano el infante Manuel, pues sabemos que éste le confirmó sus fueros y cuantos privilegios tenía otorgados con anterioridad.
Isso también acabó integrado en el Señorío de los Manuel, como lo prueba un documento de 1284 por el que el obispo de Cartagena reclamaba ante el rey las usurpaciones de rentas por parte de vasallos de don Manuel, citando a un tal “Fruela alcayde de Hellin et de Ysso” (Pretel, 1998, p. 4; 2008, p. 211).
Tras la invasión aragonesa del reino de Murcia, don Juan Manuel entregó Isso y Hellín en 1305 al rey Fernando IV de Castilla, el cual confirmó los fueros, usos, costumbres, privilegios, cartas de mercedes y franquezas otorgadas por su abuelo, el rey Alfonso X:“
Sepan quantos esta carta bieren commo yo Don Fernando [...] porque la villa de Hellín e Isso son mias por talante que e de facerles muncho bien e muncha merce a los que y son agora moradores [...], otorgoles e confirmoles todos sus fueros [...] que an del rey don Alfonso mio abuelo e del rey don Sancho mi padre que Dios perdone e del ynfante don Manuel e de don Juan su hijo quando estos lugares eran suyos, que lo ayan e lo usen dello bien e cunplidamente asi commo mejor lo ovieron e lo usaron fasta aquí.
E porque entiendan que hera boluntad de les fazer mas bien [...], porque sean mejor poblados e mas rricos para mio seruiçio.
Quito a todos los vezinos que son moradores en Fellin e en Isso [...] que non den pecho ninguno que acaezca que me ayan a dar en qual quier manera que sea por los heredamientos e casas que han en estos lugares sobredichos” (Pretel, 1998, pp. 186-187).
En 1311 volvieron a incorporarse al señorío de los Manuel, esta vez de forma definitiva. Hacia 1340 don Juan Manuel ordenó en su testamento entregar los castillos de Isso, Hellín y Tobarra, entre otros, a su hija Constanza, en fianza y garantía de su dote y herencia, los 800.000 maravedís que debería darle el heredero don Fernando Manuel cuando el padre falleciese. Pero pagada esta, el castillo de Isso, al igual que los otros, debía reintegrarse al mayorazgo de la casa Manuel (Pretel, 1998, pp. 50-51).
La llamada “Guerra del Marquesado” que enfrentó a los Reyes Católicos y al marqués de Villena Diego López Pacheco, y que finalizó en 1489, tuvo graves consecuencias para este último, cuyo vasto territorio pasó en gran parte a manos de la Corona bajo la denominación de Gobernación del Marquesado de Villena, con capital en la villa de San Clemente (Cuenca).
El corregimiento de Hellín se creó en 1665 e incluyó inicialmente la villa de Hellín y las aldeas de Isso y Cancarix. A partir del siglo XVIII se incorporaron las poblaciones de Agramón, Jumilla, Ontur, Albatana y Tobarra (Molina Puche, 2005, pp. 65-66).
DEMARCACIÓN ECLESIÁSTICA ISSO:
En el ámbito eclesiástico, la aldea de Isso quedó incorporada a la jurisdicción de la Orden deSantiago, por lo que inicialmente se mantuvo exenta de autoridad episcopal, aunque por poco tiempo, pues tras depender fugazmente de las órdenes de Calatrava y Alcántara (Pretel, 2000, p. 58), pasaría a la Corona en 1252 y, teóricamente, al obispado de Cartagena, que había sido “restaurado” por el papa Inocencio IV dos años antes. En ese momento, Hellín se convertirá en cabeza de una vicaría de la que pasarán a depender las aldeas de Isso, Minateda, Calasparra, Jumilla y Tobarra (Pretel, 1998, p. 33).
La población cristiana debió de ser minoritaria entre los años que van desde la toma de la aldea hasta la rebelión mudéjar de 1264, puesto que el Tratado de Alcaraz permitía que los habitantes musulmanes continuaran practicando su religión y costumbres.
Por ello, cabe pensar que la comunidad mudéjar de Isso, si existió, debió de mantener su identidad cultural y sus lugares de culto.
A pesar de su posible reducción debido a la emigración, es muy probable que la población islámica siguiera siendo mayoritaria con respecto a los repobladores, pues el obispado de Cartagena tuvo serios problemas en las siguientes décadas para cobrar el diezmo en éste y otros lugares como Hellín, lo que llevó a los obispos a formular reiteradas quejas ante el rey en la segunda mitad del siglo XIII (González Arce, 2008, p. 98).
En 1274, un año marcado por la crisis derivada de las malas cosechas de cereal, el obispo don García Martínez elevó una queja a Alfonso X, ante el impago de los diezmos.
El monarca, a instancias del portero real, mandó detener a Pedro Esteban y otros cogedores que se negaban a entregar el diezmo a los encargados por parte de la Iglesia.
Su detención no parece que acabara con el problema, pues unos años después, en 1284, el obispo don Diego Martínez reclama ante el rey Sancho IV las usurpaciones de rentas por parte de vasallos de don Manuel, además de quebrantar sus casas.
El rey manda que se entregue el diezmo demandado y se reparen los daños:“Sepades que don Diego, obispo de Cartajena, se me querelló que Sancho Sánchez, alcayde de Xorquera, et Fruela, alcayde de Hellín et de Yso, et el alcayde de las Pennas de San Pedro et algunos otros aicaydes et omes de los concejos toman sus diezmos et lo suyo et desapoderaron dellos a sus omnes de quel quebrantaron sus casas [...]. Onde vos mando firmemente que de aquellos que se el obispo querellase o su oficial o su mayordomo que fagades luego entregar todo quanto le tomaron et emendar el danno [...]” (Pretel, 1998, p. 41; 2008, p. 211).
En 1353, Pedro I reconocía a la iglesia de Cartagena su derecho, concedido en tiempos de Fernando IV, a cobrar la renta de Isso, Hellín y Molina (Pretel y Rodríguez, 1998, p. 132).
“De los diezmos de Tobarra, con Isso, se facen otrossi tres tercios, el uno es de los Señores Obispo, y Cabildo, y partiendo por medio; el otro es del Beneficio, y Prestamo de allí, de el qual las dos partes son del Rey, y la otra del Terçcuelo dende. Las primicias de Tobarra entran en esta particion, cá pertenece insolidum á los dichos Señores Obispo y Cabildo, y partencelas por medio, no dando de ellas al Clerigo dende parte alguna” (Torres, Molina, 2009, p. 38).
Hacia 1340 don Juan Manuel ordenó en su testamento entregar los castillos de Isso, Hellín y Tobarra, entre otros, a su hija Constanza, en fianza y garantía de su dote y herencia, los 800.000 maravedís que debería darle el heredero don Fernando Manuel cuando el padre falleciese.
Pero pagada esta, el castillo de Isso, al igual que los otros, debía reintegrarse al mayorazgo de la casa Manuel (Pretel, 1998, pp. 50-51).
La llamada “Guerra del Marquesado” que enfrentó a los Reyes Católicos y al marqués de
Villena Diego López Pacheco, y que finalizó
en 1489, tuvo graves consecuencias para este
último, cuyo vasto territorio pasó en gran parte a manos de la Corona bajo la denominación de Gobernación del Marquesado de Villena, con capital en la villa de San Clemente (Cuenca).
En 1586 esa unidad administrativa se dividió en dos corregimientos autónomos: al norte el que fue denominado como “Corregimiento de San Clemente” o “de las Diecisiete Villas”, que mantuvo a la villa de San Clemente como residencia del corregidor; y al sur, el de “Chinchilla y Villena”, también conocido con el nombre de las “Dos ciudades y Nueve Villas”, que tuvo su capitalidad en la ciudad de Chinchilla.
En este último se integraron todas las localidades pertenecientes al Reino de Murcia y las dependientes de la diócesis de Cartagena, incluida Hellín con las aldeas de Isso,Cancarix y Agramón.
El corregimiento de Hellín se creó en 1665 e incluyó inicialmente la villa de Hellín y las aldeas de Isso y Cancarix.
A partir del siglo XVIII se incorporaron las poblaciones de Agramón, Jumilla, Ontur, Albatana y Tobarra (Molina Puche, 2005, pp. 65-66)
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