Por otra parte, tenemos evidencia del uso de tapiales en la construcción de la fortaleza.
Estos sirvieron para dar forma a diferentes materiales (tierra, argamasa y mampuestos) que fueron ordenados y compactados dentro de los límites impuestos por los encofrados.
La elección de los materiales y la manera de disponerlos dieron lugar a distintos tipos de tapia (López Martínez, 1999).
Antes de continuar queremos explicar el
significado preciso de los términos que vamos a utilizar al describirlas a lo
largo de este artículo:
“Tapial” para referirnos al tablero característico con que se encofran las tapias.
Está formado por un conjunto de tablas
dispuestas horizontalmente, unidas con unos listones, también de madera,
dispuestos verticalmente y clavados a las tablas, las cabezas de estos clavos,
normalmente, sobresalen de la superficie del tapial.
“Tapia” para el muro, o la parte de muro hecha de una vez con la ayuda del tapial utilizado como cajón.
Tanto el tapial como la
tapia fueron empleados como unidad de medida para describir, proyectar, o
encargar una construcción.
“Tapiería” para denominar el tipo de fábrica o técnica constructiva, así como al conjunto de muros.
Ninguno de los tres vocablos hace referencia a un material, sino a la técnica que servirá para convertir los materiales en un elemento constructivo, fundamentalmente muros.Hemos utilizado el término “mampostería encofrada” para los casos en los que existe alguna duda sobre si los mampuestos fueron colocados, o no, con los métodos de la tapiería.
Hecha esta breve digresión, retomamos el análisis material de la fortaleza y para ello vamos a reparar en varias fotografías que documentan estructuras medievales que fueron destruidas en la segunda mitad del siglo XX.
Entre ellas, destaca la imagen de una casa desaparecida situada en la parcela 8, en el inicio de la calle del Castillo, frente a la iglesia parroquial de Santiago (Fig. 21).
Las fotografías evidencian que la vivienda se adosó a una estructura de tapia calicostrada que sobresalía por encima del tejado llevando una dirección norte-sur, formando un ángulo de 90º (Figs. 21-23).
Situados estos restos en planta, no es arriesgado proponer que corresponden a una de las esquinas del torreón sureste de la fortaleza, al que se le adosó, extramuros, una vivienda(Fig. 18).
Este mismo fenómeno se puede observar en el torreón noroccidental, contra el que se construyó por el norte otra casa (parcela nº 15).
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