PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

martes, 1 de agosto de 2023

BUCEANDO EN MI PASADO


La mente y sus escondrijos:

Ejemplo de hoya para plantel de tomates
 Cultivamos cinco pequeñas parcelas, algunas de ellas ubicadas junto a la acequia principal de riego y que mi padre tenia arrendadas a Damián el Picón.

 Parte de ellas con olivos centenarios.
 También podías encontrar nogueras, manzanos, granados, higueras, que vivían de la humedad de las acequias de riego.

  Al estar bastante próximas al Barrio Castor, en las siestas solíamos jugar en la sombra de una voluminosa noguera a la vez que bañarnos, si coincidía la tanda.


                                                                                   

  Recuerdo que unos doscientos metros aguas arriba, había un almecinero bastante alto.

 Era el punto donde tomábamos el agua, para riego de la cañada.

 La cañada de unos cien metros de anchura y hundida un metro aproximadamente.

Cañada que cruza Isso de Norte a Sur, desde las laderas del Boquerón, pasando por la fuente, la Cerca, Barrio Caravacas y Bartolos quedando diluida próximo a las casas del río.
 La acequia principal, a su paso por el barrio, tenía varias tomas, así como varias pozas donde el agua cristalina permanecía varios días después del riego.

 En la parcela más próxima a la casa Gachero, se ubicaban las hoyas, se trataba de unas  excavaciones de 2 X 4 m. y unos 80 centímetros de profundidad donde se ponía el estiércol...hasta unos 60 centímetros de altura.

Se aprovechaban los desniveles entre parcelas y que quedarán orientadas al sur, o sol de invierno.
 Servían para criar el plantel de tomates, pimientos y alguna otra variedad.
Durante el tiempo de germinación de las semillas, así como posterior crecimiento hasta la siembra... cada día a última hora de la tarde había que taparlas y a la mañana siguiente destaparlas.
 El tapado se hacia con una especie de bardo o zarzo, que consistía en dos o tres varas de olivo de un par de metros de longitud, a las que con cuerdas o sogas de esparto se le iban fijando unas cañas, y a estas se le añadía esparto seco, también denominado "viejos".

Una vez acabados... median aproximadamente 2 x 2 m. y servían principalmente para evitar que se helara el plantel.



Estos zarzos durante el día se dejaban apoyados con horquillas o varas de olivo como se ve en la foto, unos de sus extremos finalizaban en uve, para sujetarlos, quedando ligeramente inclinados para resguardar el plantel durante el día, del viento del Norte o de cualquier otra inclemencia.
 Por cierto, a finales de primavera cuando había tormenta, recuerdo ir a taparlas corriendo, por peligro granizaba.


 Como se puede comprender, extraer algo de luz sobre aquellos hechos no resulta  fácil, lo que significa que serán muchos los detalles que quedarán ocultos para siempre,  a pesar del esfuerzo por recuperarlos, en cualquier caso  mi disposición a seguir tirando de los hilos, por ahora es muy alta, eso significa que continuaré pintando el  cuadro más próximo a lo que debió ser, poniéndole las imágenes  que afloren a mi cerebro, porque de aquellos tiempos hay pocas instantáneas en las que apoyarse.

  Verdad, que aquella realidad que sin duda fue miserable y tosca, a día de hoy la percibo como un auténtico regalo, del cual, trato de dejar anotado de la mejor manera posible.  Lo más complicado para mi ejercicio de recuperación de aquel pasado, puede que sea la cronología de los recuerdos, pues la percibo, como una superficie   plana, donde los recuerdos emergen como pequeñas puntas, que cuando tiro de ellas, su fragilidad es tal, que en muchas ocasiones se desvanecen, son como esos sueños que cuando despiertas, recuerdas que han sido  agradables sin embargo apenas puedes retenerlos.




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