En mi nebulosa de recuerdos ,asoman algunos con cierta nitidez
El salón era cuadrado con cuatro pilares simétricos, (Creo), las sillas dispuestas en hileras a partir de las paredes, sobre las 10 de la noche, los primeros grupos de chicas con la señora mayor iban haciendo su aparición, los primeros asientos en ocuparse eran aquellos que mejor visión tenían, las esquinas los últimos, los pilares molestaban.
Con 18 o veinte años, la competencia comenzaba a aflorar, convirtiendo esa hora aproximadamente, desde la llegada de las primeras chicas, hasta que sonaba la música, (Normalmente pasodoble), en tiempo de gestos, vasos de licor en la mano, cigarrillos, y alguna que otra broma.
Las primeras parejas de chicas salían bailar cogidas en parejas, esto generaba, que
los chicos, una vez decidido con quien deseaban bailar, teníamos que encontrar al amigo adecuado, para su compañera de baile,
Lo cierto, que el que se descuidaba (Yo era uno de ellos), solíamos llegar tarde y cuando eso ocurría, el último recurso era, pasear por las orillas por si quedaba alguna sentada.
Esto no nos agradaba, sabíamos que, si te daban calabazas, seria comentado entre las señoras mayores al día siguiente, en los lavaderos o en otro cualquier menester.
Recuerdo esa parte del baile, (Con música de los Picazo), con más sombras que luces, pues sin entrar en detalles, hasta que consolide mi noviazgo, con quien hoy es mi señora, digamos, que me sobró complejo y timidez.
Cuando
de una u otra forma, los grupos de chicos y chicas se van convirtiendo en
parejas estables, nuestros revoloteos intrascendentes, se convierten en
interesadas relaciones, cada pareja trata de encontrar su intimidad, alejándose, de lo que en tiempos anteriores representaba el grupo de amigos.
Esa etapa, con sus momentos de magia, y también tormentosos, son parte del camino.
Recordarlos y transmitirlos, simplemente un
entretenimiento.
A.Villena
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