CAPITULO-1
A mis 41 años intento descubrir, ¿Qué ha podido influir mi pasado, en mi perfil actual?, para bien o para mal.

En cuestión de amigos, me encuadre, (como recogen las pocas fotos de
la época), en un grupo con algún año más que yo, y un desarrollo físico bastante
más acelerado que el mío, eso trajo como consecuencia a mi personalidad, un
complejo bastante considerable.
Me esforzaba en estar a la altura del grupo, en cuanto a comportamiento, pero solía fracasar, sin que ello significase, que ejercieran ningún tipo de burla o desprecio hacia mí.

La actividad principal de
Isso era el esparto, con su pequeña industria asociada, la agricultura limitada
a olivos y hortalizas de todo tipo, hasta lo que podía regar la fuente, un manantial
permanente de unos 70 a 80 litro por segundo, divididos en dos hilos, que debidamente guiados y por gravedad, llegaban hasta los lugares en que el desnivel lo permitía.
También había cierta
superficie de secano, aprovechada para la siembra de cereal (poco productiva) y
dependiente de sequías y granizadas.
Esto significaba, que la vida de los niños
de mi generación en cuanto a tiempo para jugar, dependiese mucho, de el tipo de actividad que tuviesen sus padres

Los hijos de los esparteros, hasta el momento en
que sus padres los reclutaban para ayudar, y que solía ser de los 10 a los 11 años.
En ese tiempo, salvo el intervalo que asistíamos a la
escuela, hacíamos vida en la calle dedicados a jugar y hacer alguna trastada propia de la edad.
Otros con más suerte, ya que sus padres pertenecían a un grupo algo más selecto, bien, de funcionarios, pequeños
autónomos o heredados, tuvieron la oportunidad de asistir
regularmente a la escuela, y en muchos casos a universidades ¡por cierto!, la carrera más común era la de maestro de escuela o docente, como se dice ahora.
CONTINUARA:
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