La
necesidad de escribir
Por: Ángel
Gabilondo | 07 de octubre de 2014
La tarea de escribir,
de deambular, de merodear y de permanecer entre palabras que buscamos y nos
buscan es una extraordinaria manera de amar la lectura.
Semejante ejercicio
físico, tan del espíritu, tamaña disciplina, tan libre y creativa, la
disposición del cuerpo y del ánimo y el vérselas con uno mismo y nuestra
voluntad de decir son una verdadera escuela,la de un vivir no apegado
simplemente a lo que ya sucede.
Escribir es un acto liberador. A
la par conlleva un esfuerzo exigente, que requiere cuidado, atención
pormenorizada, sensibilidad e inteligencia. Por ello, en general nos supera y
nos desborda. Y por eso supone sentirse y reconocerse en cierto modo desplazado
por la maravilla de un quehacer que es más que nuestra intervención. Escribir
es hacer la experiencia de hasta qué punto no sabemos hacerlo. Y ello es
decisivo para la sencillez de un permanente aprender. De ahí la admiración
profunda y el estímulo que suponen ciertos textos, muy singularmente los de
aquellos que son en verdad escritores, cuya vida es un modo de oficiar su
extraordinario don, eso sí, labrado minuciosamente en
cada línea, en cada palabra, en cada ocasión.
Escribir es, como dice
Gabilondo, enfrentarte a tus carencias.
Es estar perdido en un bosque de ideas y sueños.
Es la lucha por
encontrara el hilo que te lleve a lo que buscas.
Es encontrar el camino de
lo complejo, desde la nada.
Es como romper el margen
a cada paso de unas vallas invisibles.
No pocas veces he
encontrado en las blancas hojas, el sosiego, y la descarga de frustraciones.
No pocas veces con torpes
frases, he roto los malos momentos.
No pocas veces el lápiz
ha sido la compañía leal.
En Las frases mal
escritas, siempre quedan las marcas de lo que intentaste.
A través de los
escritos. Incluso con las carencias,
arañas tus imperfecciones.
Seria como volcar en
forma de trazos, el esfuerzo permanente por desnudar mis miserias.
¿Es signo de evolución?
¿Es signo de evolución?
Una libreta y un lápiz, siempre han sido el recurso que ha frenado mi caída, en muchos momentos.
He descargado sobre
libretas, mordeduras de lengua, y apretones de dientes.
Frases ocultas, que han
aflorado en el silencio y en la soledad de la noche, y no pocas veces en
lugares y casas extrañas.
Por eso... Escribir para mí
es una necesidad desde hace muchos años.
Me ha ayudado a calmar tempestades y también a remontar frustraciones.
Me ha ayudado a calmar tempestades y también a remontar frustraciones.
Resumiendo. Ha sido y
continúa siendo, la herramienta de la cual me he servido, para llenar esos
surcos que a veces la vida abre en tu camino.
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