PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

jueves, 5 de octubre de 2023

CON SU PADRE AL MOLINO (Isso/




Diciembre, 24:
Década de los 50:
Lugar,  Río mundo:


Abuelo y nieto, buscan leña para la chimenea.

Es nochebuena, la robusta y vieja casona esta fría.
Es tiempo de alegría, hijos y nietos como es costumbre en navidad, visitan a los abuelos.
Mañana plomiza, algún copo de nieve escapa de las perezosas nubes.
En algunas chimeneas, el humo emerge vertical.
 Un grupo de estorninos busca olivares.

Abuelo y nieto abrigados, caminan despacio.

 Han llegado a un lugar entrañable y lleno de recuerdos para Manuel.

Un viejo molino, del que solo quedan escombros, y unas especies de bóvedas semitapadas.

Aún se puede ver  una de las la piedras circulares, que molían el cereal, al empuje de la caída de agua, procedente de la balsa de la luz y a través de la calcina.
El nieto está deseoso de recoger ramas.
El abuelo le muestra cómo hacerlo.
El abuelo cansado por la caminata, se sienta sobre un viejo tronco, y sin apenas notarlo, su mente se desconecta de la realidad.
En sueños ve un carro, que desciende por la pedregosa cuesta.
Al llegar a la puerta del molino.  Paco el molinero, persona alta y delgada, recibe a Manuel y a su hijo pequeño,  con un amable saludo, el recién llegado como es su costumbre, le devuelve el saludo con uno de sus chascarrillos.
 El chico y su padre, atan el mulo a la anilla fijada a la pared, y colocan en las ruedas sendas piedras de calzos.

 Al momento, los sacos de trigo a la espalda del molinero, son depositados en la torva, mientras el niño corretea en un lugar casi mágico, choperas, olmos, cañares y pequeñas parcelas junto al río con frutales y hortalizas... ¡Ten cuidado! le dice Manuel. 
Después, el pequeño entra en el molino, y la molinera les da la bienvenida, es menuda y amable, y como siempre,  le ofrece pan con vino y azúcar el chico acepta el manjar, y despues de dar las gracias, entra al amplio patio interior ,donde las gallinas correteaban, próximas a la gorrineras y recuerda ver una pequeña canaleta, por  la que debidamente guiada desde la parte alta de la calcina, desembocaba en una especie de pilón hecho de piedra con agua cristalina,  para el consumo.
 La harina caía lentamente al costal, el abuelo y el molinero comentan sobre la última tormenta, y que el granizo había dañado las hortalizas.
En cualquier caso, decian, que de haber sido unas semanas antes, también la cosecha de cereal abría sido afectada.
 La tarde agoniza ,y la harina ya cargada en el carro y el farol encendido.
 Manuel se despide de los molineros y arrea al mulo, este tensa  los tiros y los viajeros emprende el regreso.
El nieto con buen acopio de ramas, tira de la mano del abuelo, este abre los ojos y se limpia las lágrimas.
Felicita al nieto por su trabajo e inician el regreso. 



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