Nuestra sociedad es una sociedad de niños soberbios que se creen mayores en el patio de un cruel instituto.
Donde lo aparentemente importante es, que los niños jueguen
bien al fútbol –los triunfadores-, y que las niñas sean las más monas del
recreo.
Sin embargo, estamos llenos de desgraciados triunfadores y de juguetes rotos.
Mientras que vivimos en la ignorancia ,de que con el éxito nos llegará la felicidad.
Pero aquellos que han saboreado la
hiel del éxito, ya no les quedan recursos donde refugiarse, han vivido la
estafa completa, y se encuentran aún más perdidos.
Como niños
huérfanos viven un mundo caótico y despiadado, en
el que cada uno va a lo suyo, en el que nos mienten con impunidad y descaro en cada emisión televisiva . Lo veo como un esperpento de máscaras, donde nadie es lo que parece.
En el anterior comentario se refleja la decadencia de una sociedad., resultado de desequilibrios generados por los avances tecnológicos.
Hemos de reaccionar de alguna manera y entiendo que no es fácil.
Las ciudades se están convirtiendo en círculos sociales, cada vez mas separados en cultura y en economía, creando fronteras invisibles.
Apenas en unos cientos de metros, puedes encontrar miseria y fortuna, creando un cóctel bastante tenso.
También pienso, que los medios de comunicación aumentan la alarma social, al informar con cierta ligereza de lo que acontece en el día a día.
ANTONIO VILLENA
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